Para su retorno a Maracay, Leonardo
Benítez se ha preparado intensamente
en el campo bravo mexicano.
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Por: Jesús Ramírez
“El Tato”
Nacido en Caracas, en
la aguerrida barriada de La Vega, con un
espíritu de sacrificio y vocación fuera de lo común, Leonardo Benítez es la más
clara demostración hecha hombre de que el toreo es carácter, firmeza y
decisión.
Con valentía, constancia
y profesionalismo, lleva 22 años de matador de toros, imprimiendo jerarquía al
toreo, sitio y reconocimiento. El toro, su familia y el público aficionado han
sido el motor que impulsa a este meritorio torero venezolano a seguir navegando
en triunfo en el incomodo mar del toreo donde son constantes las tormentas y los
fuertes oleajes.
En México plantó
Benítez su estandarte de triunfo, recorriendo la amplia geografía azteca hasta
hacerse sentir en el embudo de Insurgentes junto a César Girón como los únicos
toreros suramericanos que han cortado rabo
en la plaza México, desde su inauguración en 1.946.
Pero el llamado “León
de Caracas” sigue quemando naves y ahora proyecta desde el mes de junio
radicarse en Colombia, tierra de raíces familiares, donde ya le han abierto las
puertas para una plataforma de repetidas actuaciones. No descansa Benítez en sus
proyectos, en su ambición y optimismo.
Su dedicación total al toreo, no le da tiempo para otra cosa.
Pero antes de enfilar
rumbos neogranadinos, lo tendremos en Maracay, en la plaza de sus triunfos y
gestas. La plaza donde en afán de gloria dejo en la arena la huella de su
sangre vertida con pundonor y valentía.
No le falta emoción e
interés a la actuación de Benítez el sábado 21 de marzo en la coqueta
maestranza al lado del ciclón jerezano Juan José Padilla que debuta en Maracay,
Antonio Ferrera en su mejor momento profesional y “El Califa de Aragua” siempre
triunfador e idolatrado en su tierra con los toros de Campolargo y Euclides
Sánchez.
Nadie descarta que
pese al difícil compromiso por el elevado nivel de sus alternantes, Leonardo
Benítez apague fuegos con su rugir de León libre de jaulas para triunfar
cabalmente.
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