Por:
JOSÉ MIGUEL ARRUEGO
Madrid
(España). Tres orejas hubo y cada una tuvo un argumento y un peso diferente
porque con una muy desigual corrida de Cortijillo y Hermanos Lozano en
presentación y comportamiento la terna al completo extrajo botín. Ferrera paseó
una oreja de torero maduro - fue posiblemente la mejor faena de este torero en
Las Ventas - mientras Aguilar se hizo con la suya tras mostrar su dimensión de
torero capaz y en buen momento. Morenito por su parte se agarró a su
arrebatadora e intermitente estética para puntuar en una entretenidísima
goyesca que en esta edición resultó pródiga en argumentos y matices.
El
cuarto resultó áspero y reservón en los primeros tercios pero rompió en la
muleta y enseñó un fondo inimaginable
gracias al aplomo y la sinceridad con que se aplicó Ferrera, que primero
se dobló por bajo con torería en el inicio de faena para después aguantar
titubeos del animal en el embroque y acabar tirando de su embestida con pulso y
aplomo. La faena explotó en una gran serie al natural - hubo un muletazo
interminable - y prosiguió con idéntico nivel cuando se desprendió de la ayuda
y empujó para delante la embestida por los dos pitones con autoridad y mando.
Una obra emotiva y emocionante para la que de manera sorprendente sólo se
demandó una oreja.
Antes
despachó un primero, cornidelantero, estrecho de sienes y justo de canal, que
salió suelto en los dos puyazos y manseó sin disimulo el resto de la faena,
fugándose a tablas, dándose la vuelta al revés y pegando tornillazos cada vez
que Ferrera trató de someter su descompuesta acometida. El extremeño lo movió
con habilidad en una lidia de torero puesto, incluso le ligó una tanda de
mérito en chiqueros.
Aguilar
se hizo oír en el sexto, donde explicó esencialmente el por qué de su injusto
orillamiento. Resultó serio y fuerte el animal de Lozano Hermanos tanto de
presencia como en su comportamiento y el torero madrileño tuvo la virtud de no
dudarlo nunca. Por el pitón derecho dio forma a una labor de mucha hondura y
notable determinación por cómo sometió y canalizó tan encastada acometida. La
oreja tuvo su peso. El chorreado tercero cerraba la cara pero era hondo y le
costó mover sus casi 600 kilos. Aguilar, que brilló en un precioso y reunido
quite por chicuelinas al segundo, se hundió en la arena, tiró con aplomo de la
embestida por el derecho y aguantó con firmeza el corto viaje por el lado
izquierdo para completar su convincente actuación.
Cerraba
aún más la cara el segundo, toro de agradable presencia que también manseó en
varas pero tuvo un buen pitón derecho, por donde embistió con largura y
recorrido. La faena de Morenito se nutrió de pasajes sueltos marcados por su
sugerente estética, por el citado pitón - no hubo acople con la zurda - además
del toreo accesorio que cerró faena. Salió trompicado de la suerte suprema el
burgales y la emoción del trance además de la rápida muerte del animal animó a
los espectadores a solicitar el trofeo. El agresivo quinto no acabó de romper,
nunca se entregó, y el torero tampoco se complicó.
Plaza
de toros de Las Ventas. Corrida Goyesca del 2 de Mayo. Más de un tercio de
plaza. Toros de Lozano Hermanos (1º, 5 y 6º) y El Cortijillo, muy desiguales de
hechuras y tipología y de distinto comportamiento. Destacaron el pastueño
segundo, así como el cuarto que sacó fondo, y el encastado sexto. Antonio
Ferrera, silencio y oreja; Morenito de Aranda, oreja y silencio tras aviso, y
Alberto Aguilar, ovación tras aviso y oreja tras aviso. Saludó en banderillas
Luis Carlos Aranda. Templadísima brega de Rafael González.
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